¿Te has sentido, o te sientes estancado en tu vida?, ¿hay alguna parte de tu existencia donde sientes que no avanzas, incluso donde sientes que retrocedes?, y la pregunta más importante, ¿Cuál es esa conducta, comportamiento, pensamiento que te detiene, y no te deja avanzar?
Decía Carl Gustav Jung que: “Toda transformación exige como condición previa el fin de un mundo, el colapso de una antigua filosofía de vida”
El problema con aprender a vivir así
Puede ser que termines acostumbrándote, o que aprendiste a vivir en la situación en la que estás.
¿Ud. por qué no había dicho antes sobre ese dolor de cabeza que tiene, que ha sido persistente durante tanto tiempo? Le preguntó el médico a su paciente. Pues doctor, ya me acostumbré al dolor, respondió ahora, quien pedía orientación para recuperar su salud.
Podemos llevar tanto tiempo en una situación, que aprendemos a vivir con ella, pero no necesariamente porque aprendimos a vivir así, quiere decir que esté bien.
Cuando te conviertes en tu propio enemigo
Podemos cargar conductas que nos dañan, el perfeccionismo paralizante, la autocrítica destructiva, el autosabotaje, la autoexigencia asfixiante, la procrastinación crónica, la pereza, la desidia, el victimismo, la enfermedad de complacer a los demás, el temor al qué dirán, el miedo a equivocarte, entre tantas conductas más que podemos normalizar, con las que aprendemos a vivir, pero que no está bien convivir con ellas.
Estas conductas son una trampa, pueda que de algún modo creamos que hasta les saquemos provecho, pero a la larga, funcionan en nuestra contra.
El viejo yo, y las conductas paralizantes
Estas conductas pueden funcionar como una burbuja donde podemos escondernos, y proteger quizás esa fragilidad que no queremos exponer, y que nos puede hacer mucho daño, si la dejamos a la vista.
Pero si realmente queremos avanzar en la vida, dejar atrás una vida de frustraciones a nivel laboral, emocional, financiero, económico, social, familiar es importante que demos un paso adelante, y dejemos atrás ese YO, con sus comportamientos que para nada nos suman.
Es hora de colapsar tu antigua filosofía
Me encontré este poema, desconozco el autor:
Yo tuve un enemigo que mis pasos seguía,
Y aunque parezca extraño yo no lo conocía.
Mis planes y mis metas todas desbarataba,
Mis mejores deseos, por él no los lograba.
Un día, pude encontrarlo y le reclamé su cinismo,
le destapé la cara y me encontré a mí mismo.
Desde ese día todo se transformó,
Pues aquel enemigo, mi amigo se volvió.
Mi antiguo subconsciente que antes interfería,
Ahora me ayudaba y mis deseos cumplía,
cuando mis planes a él yo le contaba,
casi sin darme cuenta él solo lo lograba.
Convencía a la gente, entusiasmo me dio,
logró oportunidades y mi salud cuidó,
hoy que estamos de acuerdo y descubrí esa fuerza,
todo me viene fácil y nada hay que me venza.
Ya puedo dar a otros y no temo al destino
porque soy sólo yo quién marca mi camino.
Ahora que ya no existe conflictos entre los dos
puedo llegar a todo… llegando a todo lo mejor.
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