¿Has sentido como, en una situación incómoda, perdiste el control?, ¿Te desesperaste con tus hijos por una conducta que tú señalaste como indebida?, ¿Estás enojado por culpa del pesado tráfico vehicular?, ¿Perdiste los estribos ante tu pareja porque consideras que dijo, hizo, no dijo, no hizo algo que no está dentro de tus parámetros de conducta aceptables?, ¿Fue la tentación de algo que por ser muy atractivo no pudiste rechazar?
QUE TENGA EXPLICACIÓN NO SIGNIFICA QUE SEA JUSTIFICABLE
Es una realidad, tarde o temprano nos veremos enfrentados a estímulos, eventos, situaciones de toda índole que “supuestamente” hacen que actuemos de una forma u otra. Así, y de este modo, podemos explicar el por qué de algunos de nuestros comportamientos, tenemos el chivo expiatorio al que responsabilizar de nuestras reacciones
NO TENEMOS CONTROL SOBRE MUCHAS COSAS, PERO SÍ LO TENEMOS SOBRE ESTO
No podemos controlar lo que dicen los demás, lo que piensan, sus acciones, los sentimientos ajenos, lo que sucede como resultado de las acciones de otras personas, el resultado de nuestros esfuerzos, no podemos controlar los eventos como el tráfico, el clima, la política, la economía.
Pero lo que sí podemos controlar son nuestras reacciones, a qué dedicamos nuestro tiempo y cómo lo organizamos, qué hacemos con el dinero que ganamos, cómo enfrentamos los retos, qué interpretaciones le damos a lo que nos pasa, las palabras que decimos, nuestros esfuerzos, nuestras acciones, nuestras elecciones, las metas que nos proponemos.
Los estoicos nos recuerdan que la felicidad depende de comprender que hay cosas sobre las que tenemos control, y otras sobre las que no tenemos control. De este modo, concentrarnos en lo primero y dejar pasar lo segundo, nos trae realización y felicidad
Y ESTO NOS TRAE AL TÍTULO DE ESTE ARTÍCULO
“En el musical Camelot, Lancelot trata de justificar y disculpar su infidelidad diciéndole al Rey Arturo con resignación: «El destino no ha sido amable» Lo que en realidad estaba diciendo es: «Esto acaba de suceder, y no pude hacer nada al respecto» El rey Arturo responde con sabiduría y pasión: «¡Lancelot, el destino no debe tener la última palabra! No debemos permitir que nuestras pasiones, destruyan nuestros sueños»”*
“Las pasiones”, y tantas eventualidades más que se pueden presentar en la vida pueden ser tentadoras para perder el señorío de nuestras existencias, muchas de ellas están más allá de nuestro control, pero eso no significa que yo deba perder la cabeza cuando esto suceda, porque básicamente nosotros tenemos el poder de elegir cómo responder a lo que nos sucede
Como decía Viktor Frankl, “A una persona se le puede arrebatar todo salvo una cosa: la última de las libertades humanas, la elección de la actitud personal ante un conjunto de circunstancias para decidir su propio camino”
Recuerda que siempre puedes elegir cómo responder frente a las circunstancias personales que se te presentan en la vida. Tú no eres lo que te pasa, ten presente que puedes elegir.
“Entre el estímulo y la respuesta existe un espacio, en ese espacio está el poder de elegir nuestra respuesta, en esa respuesta radica nuestro crecimiento y nuestra libertad” decía Stephen R. Covey
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*Covey, Stephen y Covey Cynthia. (2023) Vivir in crescendo: Tu mayor éxito está un paso adelante. Bogotá, Ed. PAIDÓS
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Este artículo tiene fines reflexivos y formativos. No pretende reemplazar el consejo profesional en salud mental, psicología o terapia. Si estás atravesando una situación emocional compleja o sientes que no puedes manejar tus reacciones, te recomendamos buscar acompañamiento profesional calificado. La responsabilidad sobre cómo se interpretan y aplican estas ideas recae en cada lector.