Todos pasamos por situaciones en la vida que son bastante difíciles de sobre llevar, pasamos por problemas, y a veces muy complejos, vivimos complicaciones que sentimos nos sobrepasan, y no solo eso, creemos que vamos a desfallecer. Esa es una de las características que enfrentaremos en la vida, no solo una, sino, varias veces.
¿QUÉ HACER?
Las situaciones complejas tienen como elemento adicional, nuestro aporte. Terminamos por nuestra actitud, convirtiéndonos en un problema, del problema. Es decir, la manera en que manejamos la situación la puede hacer más difícil de sobrellevar, puede incluso, llevarnos a sentir que, esto está más allá de nuestras capacidades, dicho de otro modo, sentimos desfallecer.
MOMENTOS COMPLEJOS
La pérdida de un ser querido, una relación de pareja que se acaba, y a veces, de la peor manera posible, la pérdida de un trabajo, una crisis financiera o de salud, son situaciones bastante exigentes, que pide de cada uno de nosotros, estar a la altura de las circunstancias, no sea que, como dije líneas atrás, la manera que manejamos la situación, haga más difícil lo de por sí, ya muy difícil.
AHOGARSE EN UN VASO CON AGUA
En mi país tenemos esta expresión, “ahogarse en un vaso con agua” para referirnos a esas actitudes tremendamente dramáticas, reacciones increíblemente sobredimensionadas, exagerando una situación que no es para tanto, pero que incluso en la mente de la persona que lo padece, el vaso con agua (la situación sencilla pero incómoda que se pueda estar viviendo) se termina convirtiendo en una tormenta del perfil de una crisis mundial que amenaza con destruir el planeta en los próximos minutos.
LA VIDA ES CÍCLICA
Muchos de nosotros podemos recordar momentos muy duros, momentos que pensamos no íbamos a ser capaces de manejar, pasamos por situaciones que parecían desbordantes, que no tenían salida, nos abrumaban, pero hoy podemos decir, que ese fue un capítulo quizás doloroso de nuestra vida, pero que curiosamente, ya pasó.
Hoy es un recuerdo.
Acá viene algo muy interesante. También podemos recordar momentos maravillosos, exultantes, espectaculares, marcados por la felicidad, la alegría, la realización, pero si te fijas, igual que los momentos complejos, también pasaron.
Podemos además mencionar épocas de calma, tranquilidad, donde todas las cosas parecen fluir, momentos de paz y tranquilidad, solo para darnos cuenta que, estos también pasaron
ESTO TAMBIÉN PASARÁ
- ¿Estás pasando por un momento muy difícil?, Recuerda, esto también pasará
- ¿Estás pasando por una situación compleja?, Recuerda, esto también pasará
- ¿Sientes que el mundo se te derrumba?, Recuerda, esto también pasará
- ¿Crees que no vas a poder, y que te vas a terminar derrumbando?, Recuerda, esto también pasará
- ¿Estás feliz, exultante, no cabes de la emoción, de la dicha?, Recuerda, esto también pasará
- ¿Sientes que estás viviendo la mejor época de tu vida, y no te cambias por nadie?, Recuerda, esto también pasará
- ¿Vives una época de armonía, paz, tranquilidad, donde todo encaja y fluye?, Recuerda, esto también pasará
SE FUERTE
Esto no es un mensaje que invita al pesimismo, y a tener una mirada oscura, sombría de la vida, no, muy por el contrario, es una invitación a aceptar la realidad. Es una invitación a comprender que hay días de lluvia, días nublados, de nubes grises, días soleados, días de mucho calor, días de climas suaves y deliciosos, es decir, la vida como el clima, cambian.
ACEPTACIÓN vs. RESIGNACIÓN
Tanto la aceptación como la resignación son formas de actuar frente a lo que nos sucede, pero son dos respuestas diferentes. La aceptación es comprender que la realidad es la realidad, que no va cambiar, ni se va a acomodar a nuestros caprichos. Es entender que hay eventualidades que están bajo nuestro control, pero que hay otras, a veces muy a nuestro pesar, que no están bajo nuestro control. La aceptación es un llamado a la acción, a concentrarnos sobre eso que tenemos control, buscar desde allí mejorar nuestra situación, y procurar la realización, y la felicidad.
Por otro lado, la resignación es abandonarse, es permitir ser vapuleado, sacudido por las circunstancias que nos pasan, renunciar a lo que sí podemos hacer, y no hacemos, es, a la larga, desperdiciar el margen de acción que sí tenemos. Básicamente es dejarse sucumbir, dejarse ahogar, sin apelar a las soluciones y alternativas posibles.
En últimas, mientras que la aceptación nos permite comprender que podemos enfocarnos en lo que sí tenemos control, nos lleva a asumir una conducta activa, mientras que la resignación, es una actitud pasiva, derrotista, que lamentablemente frena nuestro crecimiento, nuestra realización.
Recuerda lo que decía Stephen R. Covey: “Nuestra naturaleza básica es actuar, no en que se actúe sobre nosotros”
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